El uso intensivo de vidrio en la arquitectura moderna ha conseguido llenar los edificios de luz natural, pero con esta tan deseada luz natural también penetran, durante muchos meses al año, los indeseables excesos de calor, los deslumbramientos y la inevitable decoloración de muebles y materiales que ni los vidrios técnicos más potentes llegan a solventar totalmente.
Las láminas adhesivas rechazan hasta el 86% de la radiación solar sin sacrificar la visibilidad. Una vez instaladas son prácticamente invisibles y ofrecen una protección solar extraordinaria contra los deslumbramientos y las incómodas zonas calientes cerca de los vidrios permitiendo nivelar las temperaturas interiores. Desde el primer día notará la diferencia, mejorando el clima interior y reduciendo su consumo energético